LOAS
LOAS
Análisis musical.
Se trata de un corpus muy extenso y variado del que muy a nuestro pesar no abundan las fuentes. En base a las melodías recogidas por Talio Noda en “La música tradicional en la isla de La Palma" (1999) podemos afirmar que las melodías son de lenta prosodia, a veces letánica. Con predominio de los modos jónico y dórico y de los compases 2/4 y 3/4. A nivel formal se tiende a una estructura no italiana, sin estribillos ni repeticiones. Esta estructura va a trabajar codo con codo con la textura para realzar el rol del texto, pues el canto de un solista sin acompañamiento instrumental parece haber sido muy común en el pasado.
Historia
Se trata de representaciones teatrales con inclusión de partes musicales, con o sin acompañamiento instrumental, consagradas a la celebración de los santos, patronos y patronas de las diferentes localidades. Si bien en su origen parece remontarse a manifestaciones culturales vinculadas al mal llamado ambiente “culto”, por su importante permeabilidad en el plano de la transmisión oral se hace imperativo su inclusión en este archivo dedicado al folklore. Pues las clases más populares recogieron dicha expresión y la asimilaron con importantes modificaciones. En cualquier caso, hablamos de representaciones tremendamente cuidadas donde el vestuario, el attrezzo y el texto eran producto de la lucidez y de una innegable preocupación por la sublimación de las formas. Quizás como una reminiscencia de los autos sacramentales del Siglo de Oro la temática ética y religiosa son capitales en el discurso, abundando personajes alegóricos como la Cruz, la Fe, la Esperanza y la Caridad.
Apunte antropológico.
Las loas, junto al romancero, son una de las aportaciones más tempranas de la cultura europea a la sociedad mestiza y criolla resultante tras la conquista. Según diversos investigadores este tipo de manifestaciones culturales de corte paralitúrgico (de temática religiosa pero no necesariamente ligada al seno de la liturgia) habrían sido esenciales en el proceso de sincretismo por el cual la sociedad indígena asimiló una nueva religión y una nueva cultura al tiempo que aportó trazas de la suya a la primera, dando lugar a un mestizaje entre cristianismo y paganismo que es fácilmente observable a lo largo y ancho del globo, especialmente en aquellas zonas geográficas que sufrieron la colonización de la corona de Castilla primero, y del Imperio Español más adelante. Los Diabletes de Teguise, Las Libreas de El Palmar o los Carneros de Tigaday parecen ser otros exponentes de este fenómeno de ida y vuelta.