Cuerno de La Ranilla
Este peculiar instrumento consta de un clarinete monosónico de caña que se inserta en una campana o amplificador de cuerno de vaca o cabra. Manuel Lorenzo Perera (2002) refiere que su fabricación recaía en los más jóvenes del barrio de La Ranilla (Puerto de La Cruz), si bien hay testimonios de su uso en otras localidades. El cuerno se recogía en los alrededores del matadero y era golpeado con piedras y lijado contra el suelo para que se desprendiera la médula ósea y se limaran los cantos. Más tarde se podía ornamentar y barnizar con grasa o brea. Su uso solía estar ligado a los momentos previos a las misas de luz propias de las festividades navideñas, donde los infantes recorrían las calles a primera hora de la mañana despertando a los vecinos con su alboroto.