Esta familia organológica la conforman los instrumentos cuyo sonido es emitido por el propio cuerpo del objeto. Esta excitación se puede producir de diferentes maneras, dando lugar a las subfamilias de idiófonos entrechocados, frotados, golpeados, de sacudimiento, punteados, etc. Según recientes estudios antropológicos, después de la voz, la percusión corporal (sin duda el primer idiófono) sería el primer instrumento que el Homo sapiens se aventuró a desarrollar. En Canarias encontraremos una importante variedad de idiófonos, a ellos se suman aquellos objetos de la vida cotidiana que en situaciones festivas o de trabajo se transformaban en instrumento musical, al menos mientras el júbilo de los intérpretes se mantuviera en alto. Hablamos pues de los cotidiófonos. Útiles de cocina, piezas de la vajilla, herramientas de trabajo y un largo etcétera dan forma a este peculiar corpus organológico.