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INSTRUMENTOS

MEMBRANÓFONOS

En esta familia instrumental el sonido lo produce la excitación de un parche o membrana, generalmente confeccionada con piel de animales de granja. En nuestra geografía destacan la cabra y la oveja, aunque de manera puntual se han llegado a emplear las pieles de multitud de especies como el perro, el burro, el gato y el conejo. La percusión de la membrana se puede realizar con una baqueta o con la mano, desarrollándose una gran variedad de técnicas que se traducen en un amplio abanico tímbrico y morfológico. Atendiendo a este último factor distinguimos dos subfamilias: los membranófonos de marco y los membranófonos de caja.

MEMBRANÓFONOS DE CAJA 

También conocidos como tambores, entrañan una mayor complejidad morfológica que sus parientes los membranófonos de marco. Se componen de un cilindro de madera o de metal coronado en ambas aberturas por un aro y un parche, y un sistema de cuerdas que regulan la tensión y la afinación de las membranas en función de las demandas estéticas del contexto en el que son tocados y de las exigencias interpretativas del tañedor. Además, habitualmente presentan un bordón en el parche posterior o calacimbre, cuya tensión es regulada por una clavija de fricción o chaveta.

MEMBRANÓFONOS DE MARCO

En la Península Ibérica y en Canarias, en el plano coloquial, se les conoce como panderos. Un aro de madera, normalmente monoxilo (a), sujeta un único parche mediante sencillos útiles como tachuelas, grapas o tiras de cuero. Es más que habitual que este aro incorpore idiófonos de pequeñas dimensiones como crótalos, cascabeles, esquilas (b) y conchas.

 

(a) Construido a partir de una sola pieza, generalmente de madera.

(b) Campanas de bronce de pequeñas dimensiones.

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