Tambor de Valsequillo
Este membranófono grancanario es una de las piezas más curiosas de nuestro patrimonio organológico. Mientras que el resto de membranófonos compuestos canarios responden a un diseño renacentista, es decir, con dos aros que comprimen los parches hacia el cuerpo mediante diferentes sistemas de tensores y cuerdas; el tambor de Valsequillo tiene una construcción claramente medieval, es decir, los parches anterior y posterior se cosen entre sí con la misma piel de la membrana quedando el cuerpo embutido entre ambos. El contexto en el que se emplea es el Rancho de Ánimas de Valsequillo, expresión cultural derivada de las ibéricas cofradías de ánimas ya desaparecidas en aquella geografía, cuyo fin era la recaudación de dinero para la correcta celebración de eucaristías de difuntos, de ahí que su actividad comience el día 1 de noviembre, coincidiendo con el Día de Todos Los Santos.