Panderos de Rancho de Pascua de Lanzarote
Hemos decidido aglutinar bajo un mismo epígrafe los panderos o sonajas empleados en los Ranchos de Pascua de San Bartolomé, Haría, Teguise, Tinajo, Tías, Mácher y Yaiza; todos insignes valedores y continuadores de una de las más exquisitas manifestaciones culturales del archipiélago canario. Los ranchos conejeros son unas agrupaciones folklóricas cuyo repertorio alude a los textos litúrgicos en el período navideño iniciado en Santa Lucía el 13 de diciembre o en La Inmaculada (8 de diciembre). Tienen su origen en los Ranchos de Ánimas, que cantaban y tocaban por las calles del pueblo para recaudar fondos para la apropiada celebración de eucaristías de difuntos, de ahí que antaño comenzaran su actividad el Día de Todos Los Santos (1 de noviembre). En esta isla, y en algunas localidades de Fuerteventura, estas expresiones fueron retrasándose hacia las festividades navideñas para terminar aludiendo únicamente a dicha temática, adoptando el nombre de Ranchos de Pascua. En la búsqueda de sonidos agudos, brillantes y ricos en armónicos se instauró una importante predilección por los panderos de gran tamaño (en comparación con la pandereta y ricos en crótalos, esquilas y cascabeles. A ellos se suman las espadas y los triángulos para de alguna manera guiar a las ánimas del Purgatorio al Cielo. Encontramos gran variedad de manierismos en su construcción. Desde el provisto únicamente de crótalos como el de Teguise hasta el que consta de cascabeles engarzados en un travesaño diametral, como el del Rancho de Pascua de Haría. Quizás el más complejo y llamativo sea el de San Bartolomé, con su característico semicírculo interior al cual se engarzan más elementos sonoros de metal. Las piezas del rancho, llamadas desechas, se interpretan además con guitarras, requintos, timples, mandolinas y castañuelas; formando un peculiar ensemble de naturaleza y timbre únicos.