Pita, pito o flauta de tamborilero
Esta flauta de pico de tres agujeros está presente en nuestro archipiélago desde los primeros episodios de la conquista. La primera referencia a la misma la encontramos en una iconografía musical esbozada en Le Canarien (Jean Le Verrier y Pierre Boutier, principios del siglo XV), concretamente en el Códice B, escrito por Jean de Bethencourt y actualmente conservado en la Biblioteca Municipal de Ruan (Francia). El uso de este tipo de aerófono se remonta a la Antigüedad y llega a nuestra geografía a finales de la Edad Media. En este momento su empleo se extendía desde las islas británicas hasta el Imperio Bizantino, formando parte activa de la expresión paralitúrgica y del quehacer de los trovadores (tal y como podemos observar en las miniaturas de las Cantigas de Santa María de Alfonso X El Sabio, siglo XIII). Lo curioso de la pita es que, junto al tamboril o atabal, es utilizada hoy día en la Península Ibérica y en Canarias de una manera muy semejante y en un contexto cultural similar. Prueba de ello son la Danza de El Escobonal, la Danza de San Pedro de Güímar o el Tradicional Baile de las Libreas de El Palmar.