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Guitarra

Es bien sabido que en el ámbito ibérico, y en los territorios de ultramar atados a su dominio, la guitarra se convierte desde el Renacimiento en un elemento musical de gran notoriedad en los ámbitos popular y académico. En lo referente a lo que hoy día entendemos por guitarra habría que retroceder al menos a mediados del siglo XIX, de donde nos llegan las primeras fuentes de guitarras románticas de tiro corto, a veces con forma de pera, cuyo uso se extendía por todas las Islas Canarias. Se trata de un instrumento que en el ensamble canario hace de sustrato acompañante ideal para contrarrestar las tesituras agudas del resto de instrumentos, y es que, hasta la aparición del contrabajo, se trata del instrumento más grave de la agrupación tradicional. Su acción puede ser rasgueada (sin discriminar entre bajos y tiples) o pulsada (excitando los bajos con el pulgar y los tiples con el resto de dedos). Además, a lo largo del siglo XX aparecen grandes solistas y punteadores del instrumento sin recaer aun en un paradigma académico. Claros ejemplos de ellos son Domingo Corujo Tejera y Francisco Rojas Sarmiento, ambos con formación académica, pero sin abandonar su quehacer en la música tradicional.

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