Mandola
Este instrumento de plectro es el segundo más agudo de la familia de la mandolina, por debajo de esta. Habremos de suponer un planteamiento histórico y musicológico similar al de la misma. En lo concerniente a nuestra geografía, el uso de la mandola parece estar restringido al folklore conejero. Por un lado, parece ser que el primer ejemplar de este instrumento llegó al taller de Simón Morales Tavío para ser reparado y allí se le tomaron medidas para ser replicado. Por otro lado, nuestro informante asevera que uno de los primeros intérpretes de mandola de los que él tuvo constancia fue el famoso folklorista Florián Corujo, perteneciente a una saga de intérpretes de gran dimensión y repercusión. Morfológicamente no difiere mucho de una mandolina española, salvo por la forma de pera de la caja y la eventual encordadura en órdenes triples y no dobles. Además, la tercera y la cuarta cuerda estarían en ocasiones octavadas. La afinación empleada por los intérpretes conejeros no suele ser la que le otorga el ambiente académico (la, re, sol, do) sino por cuartas justas resultando el esquema si, fa#, do# y sol#; es decir, las cuatro últimas cuerdas del laúd.